Quienes conocen Colunga suelen vincular el trabajo de la fundación al fortalecimiento de la sociedad civil. Pero estos últimos años han tomado como foco la niñez y decidido impulsar un modelo centrado en su bienestar. ¿Por qué? Aquí las razones, en voz de su director Arturo Celedón.
Por Arturo Celedón
Quienes conocen Colunga suelen vincular el trabajo de la fundación al fortalecimiento de la sociedad civil. Pero este último par de años hemos tomado como foco programático la niñez e impulsado una agenda que busca decididamente posicionar el bienestar de la niñez en el centro del desarrollo del país.
En línea con las propuestas de OCDE y UNICEF, el modelo centrado en el bienestar se define, primero, porque en él las niñas y niños son vistos en atención a las distintas etapas de su vida. En segundo lugar, observa todo con un enfoque de género transversal, y también desde un enfoque ecológico: el niño en su realidad individual, en su relación con su familia, su barrio y con la sociedad en general. Se trata de un modelo que invita a ver distintas dimensiones claves de desarrollo que tienen que ser atendidas en igualdad de prioridades y que promueve que cada niña y niño pueda construir su vida como sueña, en plenitud.
Desde nuestros inicios, nos hemos vinculado con temáticas que desafían la vida de niñas, niños y adolescentes. Primero, apoyando proyectos vinculados a la educación. Luego fuimos abordando otras dimensiones, siempre a través de alianzas y colaboración con las organizaciones de la sociedad civil, donde está el potencial de innovación y cambio veloz. Hace un par de años decidimos acelerar ese foco de inversión y aumentar la apuesta por la incidencia en políticas públicas, porque nuestros análisis nos indican que ahí están las palancas de cambio para modificar las condiciones de vida de niñas, niños y adolescentes del país.
La niñez en Chile enfrenta hoy un momento crítico. Si bien se han terminado de implementar una serie de reformas a nivel institucional, estas no han logrado demostrar resultados directos en la calidad de vida de las niñas y niños del país. Esto, sumado a la pandemia y la crisis social, han dejado huellas profundas en sus oportunidades de desarrollo.
Es central contribuir a que la sociedad ponga el bienestar y las necesidades de la niñez en el centro del desarrollo
Creemos que es central contribuir a que la sociedad ponga el bienestar y las necesidades de la niñez en el centro del desarrollo. Para que eso ocurra, primero tenemos que lograr construir un gran consenso y muchas capacidades en la sociedad civil. Los temas de niñez se tienen que convertir en prioridades para la sociedad organizada, y tenemos que fortalecer a esas organizaciones de forma técnica para poder trabajar directamente. La posibilidad de un cambio real ocurrirá cuando logremos construir mejores políticas públicas que atiendan a niñas y niños desde los distintos ámbitos: políticas de educación, de protección especializada, de participación infanto juvenil, de promoción del tiempo libre.