Juan José Obach, ingeniero comercial y actual director ejecutivo del centro de estudios Horizontal, es uno de los 13 líderes de la primera generación del programa Comunidad de Liderazgo Colunga. Luego de trabajar en la academia -entre 2016 y 2018 fue investigador asociado del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard-, de gestionar proyectos sustentables en el Ministerio de Economía (2018-2020) y ser jefe de Gabinete del Ministro de Hacienda entre 2020 y 2021, hoy, a la cabeza del centro de estudios, dice que busca una experiencia de liderazgo distinta: en terreno y en Chile, con el propósito de ver de cerca cómo las políticas impactan a las comunidades en el día a día. En sus palabras: “donde las papas queman”.
Porque, para Obach, los desafíos país necesitan más que solo buenas intenciones; requieren acción concreta y colaboración estratégica. “Si la sociedad civil no se hace cargo de estos desafíos, si no impulsa propuestas innovadoras en alianza con el Estado y con su propio ímpetu, no vamos a poder abordarlos de buena manera”, asegura. Como parte de la primera generación del programa Comunidad de Liderazgo Colunga, dice que en esta red ha encontrado un espacio que le ha permitido fortalecer su visión, y también conectar con “pares improbables” que, como él, están comprometidos con aportar de manera genuina y profunda al desarrollo del país.
¿Cómo ha sido tu experiencia personal dentro del programa y en la comunidad?
–Ha sido una experiencia súper enriquecedora. En primer lugar, conocer a un grupo de gente con tanta experiencia, con tanta vocación por lo público y por aportar al país es, sin duda, el aspecto más relevante y el mejor activo que tiene esta comunidad. En segundo lugar, el coaching personal, a mí en particular, me ha servido mucho. Quizás todos (los participantes de la comunidad) estamos en una etapa de nuestra carrera bien importante, ya como mirando nuestra “segunda” etapa laboral. En ese sentido las sesiones de coaching han sido muy buenas y muy profundas. Me han hecho cuestionarme cosas que antes no había hecho. Todo con el sentido de poder ser un mejor profesional, un mejor aporte para el país. Me siento súper afortunado de ser parte de la primera generación y creo que el programa depende mucho de qué es lo que nosotros queramos hacer de él. Ha cumplido a cabalidad todas las expectativas que yo tenía.
¿Qué importancia tiene para ti la vinculación con otros líderes de la sociedad civil en forma de comunidad?
–Mucho. Al final del día una sociedad civil robusta, bien conectada, habla también de una mejor democracia, de un mejor país y de entregarle más oportunidades a toda la gente.
Cada uno en su área con distinto expertise, gente experta en educación, pobreza, gente que viene de los mundos de los centros de pensamiento. Conectar con toda esa gente y tener distintas miradas para los mismos problemas que estamos viendo, es algo que vale mucho la pena.
A mí en particular me ha servido mucho porque básicamente tener esos distintos puntos de vista, esas discusiones que son súper apasionadas y al mismo tiempo muchas veces no opinamos lo mismo, creo que es algo súper bueno para uno, para el desarrollo profesional.
No solamente es importante tener estos buenos equipos, sino que también es importante que toques la misma música. Y para tocar la misma música, se necesita un buen director
¿Has notado cambios en ti a partir del trabajo con tus pares en la Comunidad de Liderazgo?
–Sí, sin duda. Ahora que está terminando el programa soy mucho más consciente de lo que quiero hacer profesionalmente de cara al futuro. He podido cuestionarme cosas que antes no había hecho. Y sin duda salgo del programa con una mejor panorámica de qué es lo que son las organizaciones de la sociedad civil, cuál es su rol y cómo poder hacer cosas en conjunto. Son cosas que al principio no las tenía o no sabía que iba a poder desarrollar.
En términos profesionales, ¿cuáles son las áreas que te gustaría trabajar de cara al futuro para poder contribuir a la transformación del país desde la sociedad civil o desde lo público?
–Ya lo estamos haciendo en Horizontal, pero me gustaría mucho profundizar en un pacto de desarrollo económico con una mirada común hacia dónde vamos como país. Chile tiene enormes oportunidades en la revolución que estamos viendo de la electromovilidad. Tenemos minerales críticos como el litio y el cobre. Muchas veces nos perdemos, nos empantanamos en discusiones de corto plazo y nos cuesta sentarnos en la mesa, llegar a acuerdos y tener esa visión de futuro. Eso es algo que me gustaría mucho profundizar en los años que vienen. La posición en la que estoy hoy en día, me permite tender puentes tanto hacia la izquierda como hacia la derecha y poder generar esa mirada común. Llevamos demasiado años en la pelea chica, llevamos demasiado años empantanados, la economía no crece, el sistema político no es capaz de avanzar en las reformas que necesitamos. Me voy con muchas ganas de trabajar este tema. Creo que lo podemos hacer con altura de miras, con vocación para llegar a acuerdo y tener un relato común y volver a hacer que Chile despegue nuevamente desde el punto de vista económico y podamos ser unos actores clave en el mundo que está cambiando tan rápidamente.
Desde el trabajo que haces en Horizontal, ¿cuál es tu visión del Chile de hoy y dónde crees que necesitamos crecer?
–Chile hoy está súper empantanado. Hay mucho pesimismo en el ambiente y tenemos un sistema político que no nos está dando el ancho. No estamos avanzando en las reformas importantes, no estamos teniendo una visión país única y obviamente con nuestras diferencias. Siempre vamos a tener diferencias, pero a pesar de ellas, hay que poder dejarlas de lado y tratar de buscar los puntos comunes. Hoy día no está eso y tenemos que avanzar.
Tenemos enormes desafíos, por ejemplo en educación. Hoy nuestros niños no están aprendiendo lo necesario para poder desenvolverse bien en sociedades complejas como las actuales. Tenemos desafíos en la gestión del Estado, en temas de salud y seguridad, para qué decir. La gran piedra de tope es el sistema político que no es capaz de ponerse de acuerdo. Ahí tenemos un desafío como país súper grande: a pesar de nuestras diferencias, poder avanzar.
¿Cómo crees que tu participación en la Comunidad de Liderazgo te ha preparado para enfrentar este desafío?
–Estar en contacto con gente tan potente, gente que está realmente generando cambios en su área, es algo muy positivo. Te permite generar redes, enfrentar los problemas de una manera distinta, abrir tu mente. Es algo que sin duda me ha entregado la Comunidad de Liderazgo. El proceso de coaching ha sido súper importante porque me ha permitido también mirar desde donde yo puedo ser un mayor aporte hacia el Chile y el futuro.
Una sociedad civil vigorosa, fuerte al mismo tiempo, sirve como contrapeso al poder inherente que tiene el Estado
¿Cuándo te diste cuenta que otras personas te veían a ti como un líder?
–Todavía no sé si las personas me ven como un líder. Pero lo que sí me ha tocado es tener cargos de responsabilidad dentro de los gobiernos. Me tocó ser parte del segundo gobierno de Sebastián Piñera, donde tuvimos que enfrentar dos crisis históricas como el estallido social y luego la pandemia. Ahí me di cuenta que tenía ciertas habilidades o capacidades para echar a andar la maquinaria gubernamental e imprimir a los equipos una épica, un relato, con un objetivo común. Y es algo que me gustaría seguir desarrollando.
¿Cómo ha sido entonces tu proceso personal de asumir esa responsabilidad de liderazgo?
–Ha sido un proceso bastante natural. La clave es siempre rodearse de buenos equipos. He tenido la suerte en mi vida laboral de tener grandes jefes, grandes colaboradores y muy buenos equipos. Ahí está la clave, en lograr hacer que esos equipos trabajen unidos en torno a un solo objetivo.
Este programa (la Comunidad de Liderazgo) me refuerza esa visión de cara al futuro. No solamente es importante tener estos buenos equipos, sino que también es importante que toques la misma música. Y para tocar la misma música, se necesita un buen director que sepa dónde cae, cuáles son las virtudes y las ventajas de cada persona. Y en ese sentido, creo yo que el ejercicio era con ejercicio al final: saber mirar a la gente y saber mirar cuáles son sus capacidades, cuáles son sus debilidades y sacar lo mejor de cada uno.
Desde tu perspectiva, ¿qué rol debería cumplir la sociedad civil para aportar al país hoy al bienestar de la niñez?
–La sociedad civil tiene un rol fundamental en la provisión de ciertos derechos sociales, como por ejemplo la educación. También en otros temas importantes hoy día, como la seguridad. Una sociedad civil vigorosa, fuerte al mismo tiempo, sirve como contrapeso al poder inherente que tiene el Estado. Es súper importante fortalecer el rol de la sociedad civil. Sobre todo en un tema tan importante como la niñez, con los desafíos que tenemos hoy día. Tenemos un sistema escolar súper segregado, niños que van a la escuela, pero no aprenden. Ahí el rol de la sociedad civil es súper importante y siempre complementario a la labor del Estado. De repente la aproximación dialéctica que tenemos entre el Estado y la sociedad civil, de que son sustitutos, creo que es un error. La historia de Chile demuestra que las cosas que hemos hecho bien, las hemos hecho de la mano de la sociedad civil, trabajando en conjunto con el Estado, y debería estar en la cabeza de todos los tomadores de decisiones, tanto dentro del gobierno como en la sociedad civil.
¿Cómo le explicarías a otras personas que no conocen el programa de Comunidad de Liderazgo, de qué se trata?
–Creo que el programa se trata, en primer lugar, de conocer a pares improbables, conocer a gente muy valiosa que está haciendo un gran aporte al país y también conocerse a uno mismo. La gran gracia que tiene el programa es que te permite esas dos cosas. Ser parte de una red de gente que efectivamente está generando cambios significativos en sus distintos temas, pero al mismo tiempo, es un viaje personal. Es un viaje personal de introspección, es un viaje personal de cambio, y eso es lo más valioso.
¿Hoy en retrospectiva, cómo proyectas esta experiencia a futuro en torno a lo público?
–Me reafirma mi vocación y mi interés de seguir ligado a los temas públicos en el país. Tenemos muchos, muchos desafíos. El programa también me ha mostrado que tenemos infinitos desafíos, y si la sociedad civil no se hace cargo de estos desafíos y no sale con propuestas innovadoras, con asociaciones con el Estado, con su propio ímpetu, no vamos a poder acometerlos de buena manera. Ese es el principal legado.