Tras la publicación de la encuesta CASEN 2022 –encargada de medir la pobreza en el país–, Observatorio Niñez de Fundación Colunga lanza análisis que profundiza cómo afectan las carencias hoy en la niñez y adolescencia. 

A fines de julio de 2023, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia publicó la versión 2022 de CASEN, la encuesta encargada de medir la pobreza en Chile. Los resultados trajeron buenas noticias: la pobreza en Chile ha caído. Sin embargo, el panorama en niñez sigue siendo preocupante: de los alrededor de 4 millones de niñas, niños y adolescentes que hay en el país, aún existe medio millón que vive en un hogar que no tiene los recursos económicos mínimos para vivir mes a mes.

A la luz de estos datos, Observatorio Niñez, centro de Fundación Colunga que recopila, sistematiza y analiza data pública y administrativa vinculada a niñez con el fin de posicionar su bienestar en el centro de la discusión y de la toma de decisiones, reflexiona –en su primera publicación– por qué resulta insuficiente cómo esta herramienta mide la pobreza infantil. Actualmente CASEN lo hace a través de los ingresos de los hogares y no desde las diversas dimensiones que afectan particularmente a la niñez. 

El documento, pensado como una herramienta de análisis útil para tomadores de decisiones y organizaciones de la sociedad civil que trabajan en niñez, destaca entre los principales hallazgos que uno de cada tres niñas, niños y adolescentes que viven en pobreza y pobreza extrema presenta algún grado de hacinamiento; que uno de cada tres niños en un hogar pobre declara que ha presenciado tráfico de  drogas, balaceras o disparos en el último mes y que uno de cada cinco hogares en situación de pobreza extrema presenta al menos una niña o un niño en situación de malnutrición. 

En su análisis, el centro de Fundación Colunga señala que si bien estos hallazgos son preocupantes, para que se logre avanzar hacia mediciones más eficientes de pobreza infantil y se dimensione la cifra real de niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza, esta se debe medir desde sus necesidades, no desde los ingresos de sus hogares. Mientras eso no ocurra, afirma el documento, no se está sacando una fotografía certera del problema y, sin una foto clara, no se pueden diseñar políticas públicas correctas para darle solución a la pobreza infantil. 

Revisa la publicación completa aquí o en www.observatorioninez.org